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No son las uñas pintadas: es la violación de sus derechos

El caso de un niño, alumno de cuarto año turno mañana de la Escuela 6, tomó estado público cuando la falta de respuestas y las excusas planteadas rebasaron la paciencia de su mamá. "Ya vamos a ir acomodando las cosas", es la respuesta de un sistema educativo que no garantiza el cumplimiento de las leyes, aunque hayan pasado 15 años desde su sanción. En este espacio analizamos por qué el eje no es "uñas pintadas, sí o no", sino un sistema obsoleto que apaña a quienes debería sancionar por no aplicar las leyes. 

La Escuela 6 y su directora, Lucrecia Del Pozo, en el centro de la polémica por incumplir con los derechos de niños y niñas.

Por Nadia Quiroga

En agosto, con el regreso de las clases presenciales, T. volvió al aula con sus compañeros y compañeras, a cursar cuarto año. La virtualidad se había llevado tercero, por suerte, habrá pensado T., porque en el debut del 2020, sus compañeros lo reventaron a golpes en el baño. Tanto le pegaron que T. "pensó que se iba a morir", por la patada en el pecho que recibió

En ese momento, su mamá fue a pedir explicaciones a la Escuela donde prometieron tomar "todas las medidas necesarias". Pero tras el inicio en marzo, las clases pasaron a ser virtuales y ese hecho, gravísimo, quedó en nada. En agosto de 2021, cuando T. volvió a la escuela, lo hizo con sus uñas pintadas.

"Desde el primer día me comentó esto, que lo habían cargado. Le decían puto, traga semen", cuenta N., la mamá de T., quien se apura en aclarar que "claramente ser gay no es un insulto", pero "el acoso se empieza a volver una constante". "Empecé a hablar con la maestra", relata la mujer que buscaba una respuesta de la institución a la medida de la problemática. No la tuvo; y mientras "la pateaban" de una semana a la otra, T. seguía pintándose las uñas. Porque quería y porque con sus nueve años la tiene más clara que todos/as nosotros/as. 

Hasta que un día, testigo del acoso permanente sobre T., la docente a cargo del curso le anunció que, desde el día siguiente "no podía ir más con las uñas pintadas". Y al día siguiente, esa se volvió una "normativa" de la institución, para "nenes y nenas". Una decisión unilateral, inconsulta e infundada. Una decisión cobarde, apoyada por una directora que nunca dio la cara, ni siquiera cuando N., justificadamente harta, decidió que T. no iba a ir más a esa escuela.

Lucrecia del Pozo es la docente a cargo de la Escuela 6 y quien decide, por ejemplo, que en su escuela no se da ESI (Educación Sexual Integral) porque "con los chicos, no", en el absurdo sinsentido de quienes hablan de ideología de género e imponen su propia ideología al estudiantado, sin respetar las leyes. Un "viva la pepa" el sistema educativo. 

La que sí recibió a N., que llegó acompañada por la activista trans Alexa Pettone, fue la vicedirectora, Jaquelina Mik, aunque de nada sirvió el encuentro: la vice, que en palabras de N. y Alexa las trató en masculino durante toda la entrevista, les ofreció cambiarlo de salón. El problema era T., entonces, al que había que reubicar. Como cuando señalan a las mujeres por haber provocado el ser acosadas. Lo mismo.

Unos días después, con el niño ya fuera de la Escuela 6 por decisión de su madre y del propio T. que ya no quería ir porque de eso sí le sacaron las ganas, fue citada por Paola Heredia, inspectora de Primaria, y Mara Orué, inspectora de Psicología, que le preguntaron a N. si ratificaba lo que había dicho a la vicedirectora de la Escuela 6 y tras ofrecerse para buscar vacante en otra escuela, le explicaron que si alguna escuela quiere, siempre hablando de establecimientos públicos, aplicar una "norma" como la prohibición de llevar las uñas pintadas, "hay que hacer un acta y todos los padres y madres deben firmar en conformidad", cosa que claramente nunca pasó. 

Las inspectoras, además, le ofrecieron a N. que, ya que T. se llevaba bien con unos niños de quinto año (T. cursa cuarto), por qué no terminaba su año en otro curso. Insólito.

El año próximo T. comenzará en otra escuela y ojalá pueda completar su trayectoria educativa, con respeto de sus derechos. Su mamá podría haber elegido "no meterse". Pero en medio de un sistema en el que hay gente de mierda (porque también, por suerte, hay un montón de gente que no solamente no es de mierda, sino que viene dando una lucha desde adentro más que admirable), su mamá le enseñó a defender sus derechos.

"Para mí lo que a él le guste, lo que él elija, está perfecto", dice. Tan simple como eso. 

 

Para tomar nota: La Escuela 6 habría incumplido con las siguientes normativas:

- Convención de los Derechos del Niño/a

- Ley 26.061 de Protección Integral de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, sancionada por el Congreso Nacional en 2005.

- Ley de Educación Sexual Integral (N°26150/2009), que establece el derecho de niñas, niños, adolescentes, jóvenes y personas adultas a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada, en todos los niveles. La aplicación de la ESI debe darse de manera transversal a todas las materias, y debe ser pensada como un espacio sistemático de enseñanza y aprendizaje que promueve saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes en relación con el cuidado del propio cuerpo, las relaciones interpersonales, el ejercicio de la sexualidad y los derechos de niñas, niños y adolescentes.

- Ley Nacional N° 26.743 de Identidad de Género, sancionada en 2011

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